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Tica que vive en Cuba grita por ayuda y compasión para salir de la isla junto a su hija

Kathia García pide que la ayuden a salir del país caribeño, asegura que pasa hambre y tiene problemas de salud


Una costarricense llamada Kathia García, miembro del Gobierno Constitucional Cubano para la Transición, se encuentra atrapada en Cuba junto a su hija y su pareja, enfrentando una serie de dificultades que han transformado su vida en una pesadilla. Lo que en un inicio fue un viaje de vacaciones a la isla caribeña, se convirtió en un infierno del que parece no encontrar salida. Kathia, quien lleva seis años en Cuba, asegura que desde hace tiempo vive en condiciones precarias, sin acceso a atención médica, con serios problemas económicos, y con su hija privada de la posibilidad de asistir a la escuela.

Su participación en el Gobierno Constitucional Cubano para la Transición, una entidad que busca el restablecimiento de la Constitución de 1940, la ha puesto en una situación de vulnerabilidad frente a las autoridades cubanas. Esta organización tiene una de sus sedes en San José, Costa Rica, y trabaja activamente para restaurar los derechos constitucionales en Cuba.

Kathia relata cómo su situación ha empeorado: "Al principio, no sabíamos realmente lo que pasaba aquí. Nos vendieron la idea de un comunismo romántico, donde todo era para todos y había igualdad. Pero la realidad es muy distinta", explica con amargura. Poco después de llegar a la isla, descubrió que su pareja era opositor al régimen cubano, y con el tiempo, ella también adoptó una postura crítica. A raíz de esto, comenzaron a ser objeto de acoso y persecución por parte de las autoridades.

Con el tiempo, su implicación en actividades opositoras hizo que el gobierno cubano tomara nota de sus acciones. Desde entonces, han sido objeto de constante acoso. “Primero, eran solo advertencias, nada muy grave, pero luego comenzaron a entrar a nuestra casa sin permiso, a vigilarnos constantemente. Mi esposo ha sido detenido varias veces sin motivo alguno. Vivimos encerrados en casa, como si fuéramos prisioneros. No podemos salir a trabajar, no tenemos acceso a medicinas, y conseguir comida es un desafío diario”, afirma.

Además de las dificultades económicas, Kathia enfrenta un grave problema de salud: padece de hipertensión y otros males, pero no puede acceder a los medicamentos que necesita. "Nos estamos muriendo de hambre y de enfermedad. No hay medicinas, no hay doctores que te atiendan. Si criticas al gobierno, simplemente te dejan a tu suerte. Y en nuestra situación, con una hija pequeña, es aún más aterrador", describe.

A pesar de ser costarricense, Kathia se encuentra atrapada en Cuba debido a una complicación legal que impide que su hija pueda salir del país. Cuando se casó en Costa Rica hace años, no completó el proceso de divorcio con su anterior esposo, lo que ha generado un problema: su hija menor lleva los apellidos de su exesposo, y ahora necesita su autorización para poder salir de la isla. A pesar de los múltiples intentos por obtener esta firma, su exmarido se ha negado a colaborar. "Mis otros hijos le han pedido a su padre que firme el documento para que podamos irnos, pero él se ha resistido en todo momento. No puedo salir de aquí sin mi hija, y no quiero abandonarla", señala angustiada.

Kathia asegura que ha tocado las puertas del Consulado de Costa Rica en Cuba en repetidas ocasiones durante los últimos dos años. Según relata, ha cumplido con todos los requisitos solicitados, entregado documentos y huellas digitales, pero el proceso no avanza debido a la falta de la firma del padre de su hija. "Los consulados existen para ayudar a sus ciudadanos, y he hecho todo lo que me han pedido. Sin embargo, sin esa firma no puedo obtener la autorización necesaria para salir del país", lamenta.

El Consulado de Costa Rica ha respondido a las consultas realizadas sobre su situación. En un correo enviado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se indicó que el Consulado ha brindado a Kathia toda la información y los requisitos necesarios para poder documentarla a ella y a su hija, además de las instrucciones para otorgarle una visa a su pareja. Sin embargo, sin la firma del padre de la niña, su salida del país sigue siendo imposible. “El cónsul de Costa Rica en Cuba permanece en la mejor disposición de colaborar en todo lo que esté a su alcance para que la ciudadana pueda resolver su situación”, afirmó el Ministerio.

A pesar de la difícil situación que enfrenta, Kathia no se arrepiente de haberse declarado opositora al régimen cubano, aunque reconoce que ha pagado un alto precio por ello. "No me arrepiento por mí, sino por mi hija. Ella no tiene una vida digna aquí, y eso me parte el alma. En Costa Rica no vivimos este tipo de cosas. Mi lucha ahora es por ella y por todas las personas que sufren en silencio, que no pueden hablar porque tienen miedo de las represalias", declara con convicción.

Kathia García, como miembro del Gobierno Constitucional Cubano para la Transición, forma parte de un movimiento más amplio que lucha por restaurar el orden constitucional en Cuba. La entidad, con sede en varios países, incluyendo Costa Rica, trabaja incansablemente por el retorno a los derechos consagrados en la Constitución de 1940, un esfuerzo que ha llevado a muchos de sus miembros a situaciones de gran peligro y sacrificio.

Para Kathia, la vida en Cuba ha sido una revelación dolorosa de la realidad de un régimen que prometía igualdad y bienestar para todos, pero que, según sus palabras, oprime y castiga a quienes se atreven a pensar diferente. "Lo que más me duele es que nos hicieron creer en un sueño que no existe. La gente tiene miedo de hablar, y los que lo hacemos somos perseguidos y castigados. Es un infierno del que quiero salir por el bien de mi hija".

Ahora, Kathia clama por la intervención de las autoridades para que su caso sea resuelto lo antes posible. "Solo pido que me ayuden a salir de aquí. No quiero morir en este lugar", concluye.

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